Finalmente, tras dos meses de cama obligada, el tote se fue al hospital.
Debo aclarar que «tote» es el nombre de cariño de nuestro auto… que como no es un auTITO, es un auTOTE .
El pobrecito se murió el día que me iba de campamento, y nos dejó botados con mochilas y pertrechos varios. Se quedó en el estacionamiento acumulando polvo desde el 15 de enero hasta hoy.
Eso sí, lo vinieron a buscar en ambulancia, porque el pobre tiene parálisis aguda. Pensabamos que iba a ser una grúa, pero llegó uno de estos aparatejos nuevos que suben el auto a una plataforma y se lo llevan encima.
Interesante. Primera vez que veo una en acción .
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