«El ADN de nuestro genomio tiene una organización que, como las huellas digitales, es una obra totalmente original, exclusiva. Ni en el caso de la teórica producción de clones humanos, ni en el de los mellizos univitelinos, que comparten el mismo genomio, se puede esperar la producción de individuos con exactamente las mismas personalidades. Siempre hay diferencias, no hay ninguna razón para pensar que los genes de esos individuos van a tener las mismas interacciones, en exactamente el mismo orden, con precisamente la misma estructura molecular.»

Héctor Orrego Matte, «Bhudh-skö: tres divagaciones sobre la realidad», editorial LOM, primera edición, 2005.