Ocho meses más tarde (tras el huracán Katrina), Nueva Orleans sigue sin ser la sombra de lo que fue. Sólo unas pocas escuelas han reabierto sus puertas y la mayoría de la población sigue sin poder regresar a vivir allí. Sin embargo, la Agencia Federal de Gestión de Situaciones de Urgencia (FEMA) acaba de anunciar el cierre de su oficina de reconstrucción. Los funcionarios federales están retirándose porque su presencia allí es inútil. Según ellos, la situación es tan superior a la capacidad de las autoridades locales que estas últimas no logran preparar los expedientes administrativos necesarios para obtener el envío de fondos y, sea cual sea la gravedad de la situación, el gobierno federal no actuará en lugar de las autoridades locales.

Vía Red Voltaire. Pueden ver la nota completa acá.