A latinoamerica no le gusta Israel. Por lo menos, no lo que ha hecho últimamente. No ha apoyado la guerra, no ha mandado soldados con las fuerzas de la ONU, e incluso algunos paises se han dado el lujo de criticar abiertamente a los sionistas. Nadie ha condenado con todas sus letras a Hezbola, y al parecer los bonos isrealíes se vinieron al suelo por estos lados. ¿Por qué? Parte del panorama podría explicarse por la profunda relación Estados Unidos/Israel, con lo que ambos paises potencian sus peores vicios. Y al parecer a la mayoría de los latinoamericanos no les gusta la cosa.

Entonces, es extraño que todavía no se produzca algún atentado terrorista de proporciones en esta zona del tercer mundo. Bueno, antecedentes hay. ¿Recuerdan al norteamericano que agarraron en Bolivia? Algo se cocina.

¿A qué viene todo esto? Simple. Me enviaron una nota donde se denuncia que en Argentina, el 9 de agosto, detuvieron a un diplomático israelí. ¿Por qué? Por esto:

El miércoles 9 de agosto, en horas de la tarde, fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) un importante diplomático israelí que llevaba en su maletín una considerable cantidad de explosivos. El representante sionista se dirigía a Chile, y fue apresado minutos antes de que abordara al avión. Pese a sus airadas protestas, el grupo comando de la PSA procedió a su arresto e inmediatamente comunicó la situación al Ministerio del Interior, que habría ordenado que el hecho no trascendiera.

La nota completa está acá. Y si esto es verdad, queda claro por qué Chile está en la mira. Y, más importante, en la mira de quién.