Mucho se ha hablado de la tragedia del Aconcagua, pero no deja de sorprenderme el nivel de estupidez y falta de sentido común de mucha gente que habla, escribe, editorializa y no tiene la mas mínima idea.
En una situación de vida o muerte, sobre los 7000 metros de altura, con condiciones adversas que llevan al límite a las personas, tanto física como psicológicamente, criticar las decisiones que se deben tomar en orden de asegurar la sobrevivencia de la mayor cantidad de personas, me parece inútil, vano y presuntuoso. Aquellos que no estuvimos en los zapatos de los protagonistas, que no sufrimos dos días de búsqueda congelándose, perdiendo uñas de los dedos, arriesgando la vida a cada momento, no podemos juzgar así como así.