Durante las fiestas patrias armé mi Winner s Circle, que encuentro me quedó bastante bien. Pero al jugarlo me di cuenta que había algo que no funcionaba bien: la caja.
Debo aclarar que para mi, hacer un print and play es tanto el juego y sus componentes, como la forma de guardarlo y transportarlo. Y si el juego es bien recibido, con mayor razón necesito un contenedor que aguante el movimiento (por ejemplo, para llevarlo en una bolsa o amontonado en la mochila).
Esto se me hizo patente con la caja del Missisippi Queen, que es tan grande que al llevarla en una bolsa debo flectar un poco el brazo, por que si no lo hago toca el suelo. Y andar en micro o caminar con ella es poco práctico. Pero ese es otro cuento y aún tengo que pensar un método de embalaje mas inteligente.
Volviendo al Winner’s Circle, el principal problema radicaba en que era muy endeble. La caja que hice es de cartón corrugado, mas larga que alta y ancha. O sea, parecida a una caja de teclado. Y al sacar el tablero, que es lo que le da rigidez, tiende a doblarse por los costados.
Un segundo problema está relacionado con el juego en sí. Resulta que al ser un juego de apuestas, el manejo del dinero es crítico. Yo utilizo fichas en bolsitas ziploc, que son ideales para guardarlas, pero bastante incómodas para el proceso de pagar y recibir vueltos o pagos de multas.
Finalmente el tercer problema es que las fichas de caballo, al ser un papelito doblado montado sobre una base de cartón piedra, corren el peligro de doblarse bajo el peso de las demas fichas y la presión que puede suponer el movimiento de las fichas de dinero al trasladar la caja de un lugar a otro.
Dándole vueltas al asunto, llegué a la conclusión que la caja debía convertirse en parte del juego en sí. O sea, que al sacar los componentes se transformara en una especie de «banco», que pudiese contener todo en forma ordenada, de fácil y rápido acceso durante la partida.
Con esto en mente comencé a rearmar el interior de la caja.
Lo primero fue buscar una forma de hacerla más rígida. Para ello corté un pedazo de cartón piedra del tamaño del tablero plegado, y lo puse al fondo. Luego corté una tirita del mismo tamaño pero de sólo 2 cm de ancho para colocarla en los costados. Sólo pude usar una porque el tablero no cabía si colocaba una mas en el otro lado.
Luego pensé en el sistema de los barquitos que utilicé en el Mississippi Queen. La idea era sólo hacer un trozo lo bastante grueso como para aguantar a los siete caballos, pero luego me di cuenta que el mismo enfoque podía usarse para todas las piezas. Así las cosas pensé en hacer una bandeja de espuma y colocarlas sobre el tablero… y nuevamente me di cuenta que el tablero debía ir ARRIBA de la bandeja, para facilitar su uso.
Puse manos a la obra y este es el resultado:
Una última mejora, y que comenzaré a aplicar de ahora en adelante en las fichas, fue aplicar decoupage en los caballos. Este pegamento/barniz les dio firmeza y un brillo interesante. Y es mucho mas fácil de aplicar y con mejores resultados que el forro para libros.
Ahora a pensar cómo mejorar el embalaje del Mississippi Queen.
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