En vista y considerando que tengo un lector que le interesa mi opinión sobre el programita, me explayaré sobre el por qué lo encontré decepcionante.
Primero que todo debo aclarar que esperaba con ansia el programa. Se veía interesante, épico, una producción como hace tiempo no se ve en nuestra TV sobre un tema histórico. La publicidad cumplió a cabalidad su objetivo de generar espectación, y si sumamos el asunto «epopeya», el terreno estaba abonado para que tuviese mucho rating.
Asi que me compré una cinta vhs para grabar lo que seguramente sería un clásico. Nos vinimos mas temprano desde Talca para alcanzar a verla (estabamos en un carrete familiar con la brujis), y nos preparamos para disfrutar de la serie.
Y ahí estabamos, echados en el sofá listos para ser sorprendidos… y tuve que poner de mi parte para aguantar las dos horas (de hecho, sólo soporté hora y media). ¿Qué me pateó? Creo que lo mejor es enumerar:
- Planos cerrados a concho para que no se note el set.
- Animación digital trucha que mejor hubiese sido reemplazada con un dibujo a témpera.
- Malas actuaciones de los secundarios… y algunos protagónicos.
- Guión, guión, guión. El eterno problema de las películas y series nacionales. Pero eso lo analizaré por sí solo.
- Ambientación pobre. Se notaba que toda la ropa era nueva, recién sacado de la tintorería, incluso en las batallas. O sea, artificial.
- Pobre resolució de escenas. POr ejemplo, la de la escuadra nacional, donde todos los personajes dan la espalda a la cámara.
- O Higgins es una caricatura. Demasiado bondadoso, desinteresado, la patria sobre todas las cosas sin un mínimo de ambición personal. Es su entorno el maleado, no él. O sea, apegándose a los libros de Encina. Me dice la brujis que me perdí la imagen de dictador de la última media hora… bueno, no tuve el aguante de llegar allí. Y eso es culpa del director, no del televidente.
- La asesoría histórica dejó bastante que desear. Trajes, situaciones y detalles que estaban totalmente fuera de época. Por ejemplo, que en la celebración pusieran una cueca… pero bailando una resbalosa (cabe mencionar que en esa época no existía la cueca, mucho menos de la forma como la cantaban). Esto es cláramente una decisión de edición, y no al grabar.
- El discurso de O Higgins, de espalda a la cámara, en una pieza vacía, mientras los efectos de sonido «demostraban» que había una multitud afuera. Nuevamente, mala resolución de escenas.
- La música horrible, hecha con sintetizador, bajándole el perfil a las escenas importantes, como el desastre de cancha rayada y el triunfo en Maipú. Para una producción así, injustificable apretarse con la orquestación.
- Curioso que todo el pueblo supiera que la logia masónica era la que estaba tras O Higgins. Curioso que supieran que O Higgins era parte de ella. Curioso que el bajo pueblo, en chancletas y mugriento supiera esas cosas y las satirizara con marionetas. Nuevamente, mal guión.
- La manía de meter con calzador las frases célebres por las que se conoce a los héroes. Por ejemplo, «aún tenemos patria ciudadanos», de rodriguez, que la repitió dos veces. O «de esas tablas depende…», etc.
- Escenas gratuitas, para meterle pasión a la cosa. Me refiero explícitamente de la socia arrancando a poto pelado de la cama de uno de los conspiradores. Nunca se supo quién era, por qué arrancó… qué puedo decir, la mina era rica, pero la escena no se justificaba.
- Estética de comercial de TV. Algo que no es nuevo (cosa de recordar «La rubia de Kennedy«, entre otras), pues la mayoría de los directores vienen de ese mundillo.
Nuevamente creo que el problema central es el guión. Todas las producciones nacionales a nivel de miniserie o película (o en este caso, películas para la TV) adolecen del mismo problema recurrente: el guión. No sé si es tan dificil contar las historias individuales o se engolosinaron, pero a juzgar por el resultado del primer capítulo, metieron la pata con separar a cada uno de los personajes en lugar de interrelacionarlos con su momento histórico. O Higgins es un personaje interesante, pero muchas de las situaciones no tenían ni patas ni cabeza (por lo menos si no tienes la menor idea de la historia de Chile). Las situaciones se sucedían sin explicación, sin relacionar los hechos, menciones a la pasada sobre la muerte de Rodríguez y Carrera, pero sin profundizar. El resultado: una historia superficial, maniquea, sin sentido de progresión dramática e inconexa. En ese sentido me saco el sobrero ante una verdadera superproducción histórica como lo fue la miniserie «Martín Rivas«, en los 80. Una historia contada de forma que te involucrabas con los personajes, donde la forma de filmar los acontecimientos estaba mucho mejor resuleto, y aún cuando no tuviera la calidad técnica de la actual, tenía más corazón y garra.
Quizás el problema de «Héroes» sea el director de este primer capítulo. O la edición. La cuestión es que decisiones y áreas cruciales no cumplieron con las espectativas creadas por la publicidad. No es una mirada fresca ni nueva, sino un refrito de Encina y Castedo. Y sinceramente, es mas emocionante leer sobre las batallas y que ver una puesta en escena tan paupérrima.
Es de esperar que Galaz o Sepúlveda (los otros directores del proyecto) sean capaces de entregar un producto que realmente cumpla con lo prometido. Larraín no lo hizo, y dudo que tenga el estómago para ver otro de sus capítulos.