Buscando la Alétheia

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Gaslands: con ustedes, La Bestia

En el tercer auto que construí para gaslands decidí experimentar. Basado en el Gigahorse de «Mad Max: Fury Road», ataqué los autitos de plástico que mi hijo decidó botar (con un pequeño empujón de mi parte).  

Así, premunido de tijeras, bisturí, alambre, clips, silicona líquida, palitos chinos, trozos de cartón y bombillas de jugos, puse manos a la obra. 

¿Quieres saber más? Pues entra y te cuento.

El Correcaminos: mi auto para gaslands

Hace poco descubrí «Gaslands«, un juego de carreras en un mundo post apocalíptico, donde el objetivo no solo es ganar, sino destrozar a tus rivales. O sea, como Circus Maximus, pero con autos (y sin pista predefinida).

El jueguito me enganchó de inmediato, porque además de la temática y estilo de juego, tienen unas cositas importantísimas:

  • Se compra las reglas, pero si bajas los FAQ, ya puedes jugar. O si prefieres, puedes ver los tutoriales en youtube.
  • El movimiento se hace con unas plantillas que se pueden descargar desde el sitio de gaslands. O sea, las bajas, imprimes y recortas.
  • Las miniaturas son de 1/64. Eso quiere decir, que puedes usar autitos match box, hot wheels o esos de plástico. Cosa de robarle algunos autitos a tu hijo, y ya puedes jugar.

Pero gran parte de la gracia de este juego es personalizar los autos. Busquen «gaslands» en youtube, y verán verdaderas maravillas.

Y yo no podía ser menos.

Así que aquí les presento mi segundo vehículo (el primero fue un experimento que no salió muy bien): el correcaminos.

Circus Maximus 3D 5: casi casi listo

Cuatro años han pasado desde mi último post sobre la maqueta en 3D de Circus Máximus. Cuatro años de no encontrar tiempo, de hacer partidas en falso con la pista, de armar cosas que terminaron en la basura y de buscar un material que fuera firme, flexible y liviano.

Pues bien, hace unas semanas creí encontrar el material ideal: madera de balsa. Sí, se me ocurrió que podía armar el tablero de forma modular, y que la pista fuera impresa con laser en la madera. 

Era una idea genial.

Hasta que me llegó el primer presupuesto.

Verán, quiero mucho hacer este proyecto, pero no estoy dispuesto a gastar $100.000 (casi 168 USD) en él. Así, quedé con la bala pasada. Tenía todas las ganas de terminarlo, pero no los fondos.

Fue cuando mi excursión a las librerías por fin dio frutos. Con ustedes, el cartón corrugado de 5mm:

Lo encontré en piezas de 55 x 77 cm y de 100 x 77 cm.  Compré dos piezas 1 metro y me dispuse a comer cartón.

Debo decirles algo. Mientras estaba en la librería, dudé. Un buen rato.

Lo que sucede es que mi diseño original del tablero, para que cupieran las minis de base de 4 x 4 cm, me daba un ancho de 240 x 80 cm. Y, si las matemáticas no me fallan, las piezas del cartón no me iban a dar. Por eso compré una tercera pieza, de 55 x 77, para agregar en las puntas. Mi plan era hacerlo de forma modular, cosa que los cortes no se notaran.

Pero aún así debía rediseñar el tablero. Podía hacerlo crecer para los lados, pero no en altura, por lo que debía bajar mis 80 cm a menos de 77 (para dejar un espacio de holgura para el corte).

Comolas curvas siempre dan problemas, decidí hacer todo de forma vectorial. Bajé Inkscape y volví a diseñar la pista mientras aprendía a usar el programa. Tras dos días de esfuerzo, me quedó esto:

Hice mas pequeño el espacio de la espina y terminé con una altura de 75 cm.  Pero no fue lo único: el ancho pasó de 240 a 195 cm. O sea, ahora cabía perfectamente en mis dos planchas de 1 metro.

La noche del viernes al sábado me la pasé imprimiendo y armando el tablero. Una de las cosas mas complejas fue hacer que en las zonas de las uniones, los cuadrados midieran 4×4. Por eso, en las dos primeras filas tuve que ir midiendo antes y después de pegar:

El resultado lo pueden admirar en esta secuencia:

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 Tras pegar todo, hice una pequeña prueba para ver qué tal se veían las minis en su nueva pista:

La cosa iba bien. Y en teoría estaba listo. 

Pero faltaban varias cosas aún: las ayudas.

Por ejemplo, un primer problema que encontré fue que con la luz de mi casa no lograba identificar los colores de los equipos. El amarillo y el ocre se confundían, lo mismo que el naranjo y el rojo, y el azul, el verde y el negro.

Era hora de armar mi estación de trabajo de pintura:

Con unas manitos de pintura acrílica, témpera y tinta craquelex, logré el milagro:

Como verán, aproveché de pintar un cubito de cada color, para después usarlos para la selección del orden del turno. 

Y los carros ya estaban listos. Sólo faltaba… todo lo demás, a saber:

  • Hojas de cuádriga. Las hice como tableros, y con hoyitos para despuès usar como marcadores alfileres con cabeza de plástico.
  • Marcadores de ayuda para contar cuántos puntos de movimiento se han gastado, y marcadores de carro volcado.
  • Marcadores de caballos muertos.
  • Marcadores de rueda dañada, delfines y huevos (indican quién es el primero en alcanzar las curvas).

Así las cosas, el despliegue con todo se ve así:

y ¿cuánto espacio ocupa? Pues… esto:

En la caja, las cosas quedan así:

y todo empaquetado, asá:

El aparato ya es jugable. Claro que puede mejorar, pero quedará para mas adelante. Por el momento quedo conforme. ¿y la espina? Puede esperar… otros 4 años xD.

Cuéntame qué te parece el proyecto. Y si tienes dudas, déjalas en los comentarios. Responderé lo antes posible.
 

Disfraz de Cazafantasmas – Parte 2

Y el proyecto de mochila continúa. Una vez que le di dos capas de pintura negra, llegó la hora de pegar las piezas a la caja. También apliqué pintura plateada en algunas partes para dar la apariencia de desgaste, y en otras para que parecieran conectores.


Al día siguiente canibalicé una fuente de poder quemada de un computador viejo, y corté todos los cables. Luego seleccioné los mas vistosos y los coloqué estratégicamente en la caja y los adornos.

Como se ve en la foto inferior, meti las puntas en los cilindros de madera (pintados plateado) y también pegué una roseta de teléfono sin tapa en un costado para darle un aire mas «tecnológico/experimental».

No tuve necesidad de pegar los cables. Simplemente los coloqué a presión entre los adornos y se sujetaron bastante bien.

Detalle de mas cables y un disipador de calor de procesador, pegado con cinta de contacto de doble cara. Resultó mucho mas firme que usar silicona líquida.

Detalle de acelerador de protones, y por debajo, los restos de los conectores de sonido y usb de mi antiguo computador.

Una vez terminada la zona principal, era hora de hacer la vara de disparo y el tubo conector. Para ello partí por la mitad un tubo de piscina que me sobraba.

Luego, en la base de la caja, hice un agujero del tamaño del tubo. No necesitaba nada muy elaborado ni fino, pues estará apuntando hacia abajo y nadie lo verá.

Una vez que metí el tubo, lo sujeté con una abrazadera de plástico, también sobrante de una piscina portátil.

Lamentablemente no saqué fotos de todo el proceso. Pero les cuento que está hecho con un tubo de papel higiénico, un tubo de toalla desechable, cartón cortado a medida y mucha cinta adhesiva de papel:

El tubo de papel higiénico es el que se conecta a la manguera flexible. Por abajo va el tubo de toalla desechable. Por dentro, entre los dos tubos, hice una conexión, y metí una laucha dentro del tubo (es decir, un alambre). La idea es que todo el aparato tendrá luces y se controlará desde la vara. entonces dejé el alambre para poder meter los cables mas adelante. 

La caja que une ambos tubos está hecha con cortes a la medida y sujeta d ¿con cinta adhesiva de papel. ¿Su ventaja? Que la puedo desarmar y volver a armar sin romperla.

La vara estaba lista. Ahora debía convertir esta caja en una mochila. Entonces le tocó el turno del sacrificio a una mochila vieja que estaba rota. La lavé para sacarle el olor a gato y luego corté las correas.

Aplicando chinches (que reemplazaré por algo mas firme mas adelante), las sujeté a la zona del medio de la parte superior, y a los costados. Noten el detalle de que la tapa de la caja, donde está pegado todo el atrezzo, aún se puede abrir. Esto es a propósito, para poder hacer la parte electrónica.

Finalmente, una prueba con el futuro usuario:

¡Ya me lo imagino con luces!

¿Qué te parece el avance del proyecto? Déjame un comentario.

Disfraz de Cazafantasmas – Parte 1

El año pasado fue la primera vez que salimos con mi hijo a recolectar dulces para «Halloween». Y si bien me resistí mucho tiempo a caer en el jueguito, no puedo negar que es muy entretenido el tema de los difraces. Ese año Matías causó sensación con su traje de «Mati, el caballero»:

Pero comencé a proyectarme. Y fue inevitable: el próximo disfraz sería de algo que yo siempre había querido vestirme. Y la opción lógica era la de cazafantasmas, con mochila de protones y todo. Así, de a poco, comencé a recolectar información y piezas.

En algún momento compré un arduino para manejar las luces y sonidos de la mochila de protones, pero aún me falta conocimientos de electrónica para hacerlo funcionar. Entonces lo dejé estar… y de pronto me di cuenta que ya estabamos en agosto y falta la nada para octubre (sobre todo, pensando en mi velocidad para construir cosas).

Así las cosas, este fin de semana me puse las pilas y puse todas las piezas que he ido juntando en la mesa del comedor, y di inicio a la construcción de la mochila. Por si no la conocen, quiero hacer una cosa que tenga este aire:

¿Qué usé? Simple:

  • Una caja de zapatos. Tamaño ideal para la pequeña espalda de mi hijo.
  • Una caja de cartón que desarmé para usar sus piezas.
  • Restos de cartulina.
  • Asalté la basura de aparatos electrónicos de mi oficina y me conseguí algunos cables, ventiladores y disipadores.
  • Cajitas de cartón de remedios y tubos de papel higiénico.
  • Envases de pinturas, témperas y cremas.
  • Mi caja de bricolage: bisturí (mas preciso que el corta cartón), regla de metal, superficie de corte, cortador en compás (para hacer círculos), silicona, y pedacerías varias de proyectos anteriores.
  • Pintura negra en spray.

Con todo esto, partí preparando el ciclotrón:

Ciclotrón desde arriba

Ciclotrón desde atrás. Los dientes son para pegarlos a la caja.

ciclotrón, vista lateral. Todo está hecho de cartón.

 

La construcción fue fácil (aunque laboriosa): hice el círculo con un plato y luego los círculos interiores con un vaso. El borde es una gran tira de cartón al que hice pequeños cortes superficiales cada un centímetro para poder combarlo. En los bordes superior e inferior les dejé una lengüeta de un centímetro para poder pegarlo al círculo, y luego a la caja. También les corté en forma de triángulo para facilitar el doblado.

Luego me concentré en la placa de metal que asegura el ciclotrón a la base de la mochila. Para ello corté una tira de cartón, y luego con una pieza cuadrada que me sobró, armé la zona central:

 

 

En este momento me di cuenta que los hoyos pequeños tienen una especie de aro encima. Entonces fue la hora del cortador-compás. 

 

Todo iba bien, hasta que me di cuenta (de nuevo), que en la parte inferior del ciclotrón hay una pieza redonda que sobresale. Sin darle muchas mas vueltas apliqué bisturí y le puse un frasco de plástico de pintura. Sujeté todo con masking tape (papel adhesivo) y quedó firme. Luego, usando las piezas sobrantes de los círculos, las pegué una sobre otra y armé el perno que sujeta todo en su lugar:

 

Ahora me quedaba la parte de arriba. Armé algunas cajas, les pegué piezas que le dieran textura y ya comenzó a tomar forma:


 

 

El resultado:

 

Una vez que ya tenía las piezas, era hora de pintar:

 

Y ese es el avance hasta el momento. Falta esperar el secado (24 horas) antes de dar la segunda capa, conseguir pintura plateada y luego comenzar a pegar. También faltan las correas de la mochila, y todo el sistema de disparo. Pero eso es para la siguiente historia.

¿Qué te parece? ¡Déjame un comentario!

Circus Maximus 3D IV: Miniaturas pintadas

Y aprovechando que el nene estuvo afuera, y sabiendo que sólo me quedaba un día para disponer de mi tiempo en exclusiva, me dispuse a avanzar todo lo que pudiera.

Como lo mostré en el post anterior, lo primero fue imprimar las miniaturas. Hay que tomar en cuenta que es la primera vez que pinto miniaturas, por lo que fue aprender durante la marcha. Y fueron 36 caballos, 9 carros, 9 yugos, 18 ruedas, 9 aurigas, y 9 aurigas arrastrados:

Circus Maximus 3D 3: estado de avance

Y continúa el proyecto, lento pero seguro. Pegué los brazos de los aurigas y las cabezas de carnero que adornan los carros, y procedí a imprimar en negro todas las miniaturas (esto es, darles una capa de pintura negra para que después los colores se agarren mejor). Aprovechando que el bebé se fue de viaje, le pude dedicar toda la tarde y terminé antes de lo que pensaba.

Circus Maximus 3D 2: La revancha

Como dije en un post anterior, hace mucho tiempo estoy con la idea de hacer un circus maximus en 3D.  La idea base ya está, pero quiero que sea bonito, que llame la atención y que den ganas de jugarlo (en suma, que entre por la vista). Así las cosas, me contacté con Horakius de Kreta (Jordi, de España), el creador de un excelente modelo del circus en 3D, y le pregunté cómo lo hizo y qué modelos utilizó.

Nuevo proyecto de P&P: Circus Maximus 3D

Hace bastante tiempo, cuando me interesé por el mundo del P&P (Print and Play, o «hágalo usted mismo y juegue»), rediseñé un juego del año 1979 llamado «Circus Maximus«. El juego es entretenido, pero feo que llega a doler la panza.

Feo feo. Las fichas son esas del cartón con colores.

Sopa Primordial

Caja de Sopa Primordial

Hace tiempo vi un juego que me llamó la atención tanto por su temática como por el potencial estético al meterle mano. El juego en cuestión se llama sopa primordial, y trata de amebas en un caldo de cultivo, en los principios del tiempo, y de su lucha por sobrevivir y evolucionar.

Las fichas originales son de madera y cumplen su función, pero son algo sosas. Tampoco ayuda que el juego sólo esté en alemán e inglés, pues dificulta que gente que no se maneje en gringolés entienda las cartas y las sutilezas del juego.

Así las cosas tenía el juego aparcado en un rincón de mi mente, esperando a que las condiciones (lease «ganas») fueran las adecuadas, cuando me enteré que un amigo poseía una copia original. Tras semanas de molestarlo, llevó el juego a una de nuestras sesiones y lo probamos. Quedé fascinado. Y otro compañero de partidas, también. Y fue su entusiasmo el que me llevó a preparar mi propia versión, con amebas hechas con pasta de modelar y otras cositas. ¿quieres ver cómo quedó? Presiona el link y sigue leyendo.

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