Este es un tema al que le he estado dando vueltas hace mucho tiempo: la participación política en una sociedad democrática a secas.
Me explico: nuestro sistema político no es una democracia-democracia, sino que una representativa parlamentaria. Esto es muy lejano al concepto original de democracia:
Demos, que significa pueblo, población, gente y Kratos, que significa poder, superioridad, autoridad.
En el caso nuestro (y de la mayoría de los paises llamados democráticos), el papel del ciudadano se limita a elegir un representante que decidirá por él en un foro al que asisten todos los representantes elegidos en el pais (o eso se supone… ya me gustaría que se publicara la asistencia de los «honorables» a las sesiones y comisiones). Así, sólo importamos en período de elecciones. Últimamente con el uso de las encuestas se «escucha» algo más al ciudadano de a pie, pero sus metodologías son dudosas y normalmente son funcionales a quien la realiza. Además, en base a extrapolaciones matemática, no estamos llendo al verdadero problema.
El atado radica en que tenemos un sistema oligárquico, elitesco, que se perpetúa y se legitima a sí mismo con las elecciones, donde el drama no es elegir al mejor, sino al mal menor. Las élites se mantienen (cosa de comparar los apellidos de los políticos de distintos bandos y sumar a la ecuación los grupos que controlan el poder económico… y para qué hablar de revisar la composición de los directorios de fundaciones y empresas) y siguen definiendo entre sus cuatro paredes lo que se hace con el país.
¿Qué hacer? La situación es compleja. Cuando pienso sistemas alternativos, o no son viables o chocan con la Ley de Hierro de las oligarquías, de Robert Michels. En resumen trata que toda las organización democrática al crecer y complejizarse terminan con una oligarquía que toma las decisiones. Esto porque
- Las organizaciones grandes impiden la participación democrática. Existe una imposibilidad «mecánica» y técnica para el ejercicio del poder directo por parte de las masas.
- Como fruto de esta dificultad, y de la complejidad de funcionamiento de las organizaciones, surge la necesidad del liderazgo de los expertos, y en este punto se origina la raíz de las oligarquías.
- Hablando de las cualidades psicológicas de las masas y los líderes, afirma que las masas necesitan de los líderes, quieren tener un líder al que poder admirar e, incluso, adorar.
Así, «Quien dice organización, dice oligarquía», sentencia Michels. El corolario es simple: aquellos que se instalan en el poder, tienden a mantenerse en el mismo indefinidamente.
Entonces, si queremos una sociedad más participativa, en la que la gente tome parte activa en las decisiones, el sistema parlamentario no sirve. Pero cualquier otro intento que trabaje en base a células culminará nuevamente con representates que decidirán por los demás.}Pensaba que esta era una volada mía, pero descubrí que no es tanta mi genialidad y otros más organizados que yo ya están haciendo algo al respecto.
Por mi parte no dejo de pensar que este asunto de la Internet y las redes electrónicas puede suponer una forma de horizontalizar la toma de decisiones. Me han tildado de tonto y utópico, pero acá va la idea:
Armar un sistema de votación electrónica utilizando los centro de la red enlaces (red de colegios municipalizados conectados a internet, que incluso están utilizando una tecnología para conectarse usando los cable de electricidad de Chilectra), cajeros de votación o por teléfono. La técnica está hace mucho tiempo pero no se ha implementado por falta de voluntad política. ¿Por qué? Por que con un sistema de este tipo, utilizando la red de comunicaciones privilegiada que tiene Chile, podrían hacerse consultas populares sobre cualquier tema. Y los que no participen lo harían bajo su propia responsabilidad.
Este escenario propugnaría varios cambios en los actores políticos. Entre ellos, los medios de comunicación, que se verían obligados a asumir el papel de orientadores, presentando las distintas opciones con sus pros y contras. Ello implicaría que debe romperse el duopolio informativo, además de la alfabetización del uso del sistema.
Imaginen un carné electoral que funcione como una tarjeta de débito, o incluso más facil. Un sistema que escanee la tarjeta y la huella digital o algo por el estilo. La técnica para los técnicos. Lo importante sería el cambio que implicaría que las decisiones no la tomen 30 u 80 pericos que gana millones por discutir, sino que se armarían debates verdaderos donde las fuerzas sociales deberían ser tomadas en cuenta.
Creo que sería un gran paso para la creación de una sociedad civil. Pero como siempre, falta la voluntad política para hacerlo.
Update del 18 de febrero: Un sitio interesante que toca el tema del gobierno electrónico es PuntoGov. Lo descubrí hoy…
el autor es
Antropólogo Social y Cientista Político con experiencia en investigación y gestión de proyectos en gobierno electrónico y sociedad de la información. Actualmente (es) investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso-Chile. Socio director de Ekhos y profesor de Gobierno Electrónico en la Universidad de Chile.
Marcelo Silva
Esto es parte de las posibilidades de democracia real gracias a la tecnología. Creo que son reales y no utópicas. Hay una componente de costo, claro, pero eso no es relevante, sino la política: no entregar el poder… el poder de influir, manejar y manipular al electorado.
Si bien Chile vive periódicamente en elecciones estas son entre unos y unos, pero no incluye a los otros, a los diferentes. Es de esperar que las elecciones municipales que por primera vez darán cuenta de una elección directa operen de otra manera. Lo lamentable es nuestra incapacidad de influir en las negociaciones previas a las nominaciones partidistas.
Hacen falta partidos que salgan de lo común, el problema es que somos muy graves y serios, entonces tendemos a la uniformidad.
Es de esperar que nos «chasconiemos» un poco.
Esperando la carroza… a comprar champaña.
Wontolla
Creo que el punto es que modelo partidista está en problemas y quizás sea uno de los causantes del desbarajuste. NO digo que ya no existan, pero creo que deben formarse organizaciones ciudadanas más fuertes que se hagan sentir… al mismo tiempo es claro que debemos Armar organizaciones que vigilen el comportamiento de quienes toman las decisiones y lo informen a la ciudadanía. Ahí entramos a jugar un rol los periodistas ¿no?
Ojopiojo
Periodismo cívico
Aunque no adscribo directamente a tus ideas (así es la democracia) si me parece que el periodismo tiene un rol decidor en la creación de una democracia ciudadana.
Investigando en Internet hacia un tiempo atrás para un proyecto diario online comunitario me encontré que existe toda una tendencia en el periodismo, que no ha tenido mucha divulgación, el periodismo cívico o periodismo ciudadano. En inglés hay mucha información bajo «civic journalism».
Básicamente consiste en sacarle los focos y reflectores a los políticos y dirigirlos hacia la gente común y corriente. O sea, el diputado o alcalde tiene siempre su propia agenda, pero la gente tiene sus propias preocupaciones no resueltas por el aparato gubernamental sea este el congreso, los ministerios, las municipalidades, etc.
La verdad es que lo que importa en una democracia son la solución de los problemas del ciudadano y el fortalecimiento de la sociedad en beneficio de todos.
Pues bien, el periodismo cívico evita la elite y va a la comunidad, entra a la junta de vecinos, al centro de padres, se sienta en el pequeño territorio del barrio, a escala humana, donde todos podemos vernos las caras y reconocer al otro. Tal como en el ágora. La voz la tiene la viejita de la calle, el profesor del colegio, la junta de vecinos.
Se me ha ocurrido siempre que uno debería de vez en cuando ir al concejo municipal y sentarse entre los concejales para saber que mierda es lo que hablan ahí, porque no me explico como tanto alcalde cae preso por corrupción.
Las sesiones son abiertas, pero a ningún periodista lo mandan del medio en que trabaja a cubrir eso, porque es de interés minoritario… a menos que sea la alcaldía de Santiago, donde lo que interesa es cubrir la pelea entre la Martita y lavín, o sea la elite.
Wontolla
Precisamente esa era la pega que realizaba en el diario «El Centro» de la séptima región. Tenía una sección fija que llenar todos los días, que se llamaba realidad vecinal y que trataba de lo que le sucedía a las juntas de vecinos, organizaciones sociales, cuestiones de pavimentación, seguridad vial, etc.
Fue una experiencia muy bonita que no he visto reproducida en los grandes medios.