La movida de Lavín de descabezar a los dos partidos de la derecha tiene varias lecturas. Pero quiero concentrarme en una: el autoritarismo. Lavín está actuando como patrón de fundo, sin tomar en cuenta a las bases. Si bien es cierto la pelea entre los presidentes de la UDI y de RN estaba haciendo trizas a la Alianza por Chile, no es menos acertado decir que la pelea se mantuvo en las cúpulas. En ningún momento hubo decisiones colegiadas o de base.
En ese sentido es sintomático cómo tomó la crisis cada partido.
La derecha una vez más ha mostrado la hilacha de su forma de hacer las cosas, pero temo por la mala memoria colectiva de nuestro país. En dos o tres meses esta cosa va a quedar en el olvido y para qué hablar cuando lleguen las elecciones.
Nuevamente, tener que elegir entre el mal menor.


Update: Son las 11:18 am y Sebastián Piñera dijo que esto debe decidirlo la comisión política de RN o, eventualmente, un consejo ampliado. O sea, una decisión democrática.
Mala cosa que la UDI sea el partido hegemónico de la derecha. Con dirigentes como Longueira y Melero, no pueden salir cosas buenas. Hay que tomar en cuenta que Longueira, al salir de la directiva, o pierde poder. En cambio Piñera, sí lo hace.
No soy amigo de los dirigentes de la oposición, pero tengo claro que la oposición es necesaria para el juego democrático. Jodido asunto.