Allamand en el desierto

Andrés Allamand es un tipo muy extraño. Recuerdo que en el año 89 era de los que destacaban en la derecha, como alguien con quien se puede conversar. Algo bastante raro en la derecha de la época.
Allamand siempre se ha presentado como un conservador/neoliberal, pero al parecer sin el problema de la contradicción. O sea, abogaba por la libertad política junto con la económica (nuevamente, algo raro para la época). Trató de democratizar su sector y el resultado fue un violento golpe interno que terminó con su autoexilio en Estados Unidos, donde tras un tiempo escribió su famoso libro «La travesía del desierto», siempre ha dado la impresión de que va a hacer grandes cosas… pero que lo boicotéan y lo joden en su mismo sector.
Y esa es la imagen que uno(yo) tiene(tengo): una eterna promesa de renovación de la derecha, de democratizarla y sacárse la rémora pinochetista.
Pero… no pasa de ser una imagen. Cada vez me convenzo más que sus fallos son suyos y no culpa de otros. Es cosa de recordar el númerito cuando quizo forzar que RN eligiera a Lavín como candidato único. Creo que Allamand está sobre valorado. Y que su estadía en la tierra del tío Sam lo hizo más maquiavélico. No me extrañaría que sea la cabeza del «nuevo referente político» que quieren armar en la derecha.
Es en los momentos difíciles cuando vemos si los políticos merecen nuestra confianza. Por su actuar… creo que Allamand perdió los bonos que le tenía guardados.