Resulta doloroso reconocerlo, pero realmente es algo bastante sencillo , dice, No existen diferencias morales básicas entre el soldado que en un puesto de control impide que pase una mujer que va a tener un hijo, y ocasiona la muerte del bebé, y el hombre que asesinó a mi hija. Y de la misma manera que mi hija ha sido víctima (de la ocupación) también lo fue él.
Palabras de Rami Elhaan, un diseñador gráfico israelí cuya hija fue asesinada por un palestino con una bomba. Encontré esta entrevista en el sitio dedicado a Chomsky un sitio centrado en la lucha contra las opresiones, y da una perspectiva sobre lo que vive la población israelí y la palestina. Merece una lectura atenta.
Rami y Nurit son miembros fundadores del Círculo de Padres o de Familias de las Víctimas por la Paz, que ha reunido familias israelíes y palestinas que han perdido a seres queridos. En el Círculo, hay familias de camicaces. Conjuntamente, organizan campañas educativas y presionan a los políticos para que inicien negociaciones serias. Cuando me encontré con Rami, acababan de colocar mil ataúdes en el exterior del edificio de la ONU en Nueva York, cada uno de ellos cubierto con las banderas de Israel o Palestina. Nuestro objetivo no es olvidar ni perdonar lo sucedido sino encontrar alguna forma de vivir juntos.
¿Cómo consigue usted separar el sentimiento de cólera que debe experimentar como padre por la pérdida de su hija, del deseo de tender la mano?, le pregunté.
Es muy sencillo, soy un ser humano, no un animal. He perdido a mi hija pero no he perdido la cabeza. Pensar y actuar movido por la visceralidad sólo aumenta la espiral sin fin de la sangre. Hay que pensar: nuestros dos pueblos van a seguir aquí; ninguno de ellos se va volatilizar. Tenemos que alcanzar un compromiso de alguna manera, y eso se hace con la cabeza y no con las vísceras.
¿Ha tenido contactos con los padres del terrorista suicida que asesinó a Smadar?
Se intentó en una ocasión: alguien quería hacer una película sobre ello pero yo no estaba interesado. No estoy loco. Ni perdono ni olvido. Alguien que asesina a muchachas es un criminal y debería ser castigado, y no se trata de entrar en contacto personal con quienes me han hecho daño. Ya ve, a veces tengo que luchar contra mí mismo para hacer lo que estoy haciendo. Pero estoy seguro de que lo que hago es lo acertado. Comprendo que el camicace era una víctima igual que lo fue mi hija. De eso, estoy seguro.
¿No es bastante diferente la actitud de la opinión pública israelí?
Tengo un amigo que dice que lo que estoy haciendo es como sacar agua del mar con una cuchara. Nosotros en el Círculo de Padres somos muy pocos, y el mundo está dirigido por unas personas muy estúpidas: lo que también es cierto. Me refiero al presidente estadounidense y a mi propio primer ministro. Utilizar la palabra terrorismo para aprovecharse de ella, como hacen ellos, sólo sirve para ocasionar más desgracias, más guerras, más víctimas, más camicaces, más venganzas, más castigo. ¿A dónde nos lleva eso? A ninguna parte. Nuestra tarea es señalar lo obvio, George Washington fue un terrorista, Jomo Kenyatta fue un terrorista y también lo fue Nelson Mandela. El terrorismo sólo tiene sentido para los débiles y para quienes no tiene otra salida ni otros medios.
¿Qué le dice a los judíos de otros países, como Gran Bretaña, a gentes que apoyan a Israel porque sienten que deben hacerlo?
Les digo que deberían ser fieles a los verdaderos valores judíos y apoyar al movimiento a favor de la paz en Israel, y no al Estado a toda costa. Sólo la presión desde el exterior -de los judíos, de los gobiernos, de la opinión pública- conseguirá acabar con esta pesadilla. Mientras existan este silencio, este mirar para otro lado, este maltrato blasfemo a nuestros críticos como si fueran anti-judíos, no somos distintos de quienes permanecieron indiferentes durante el Holocausto. No sólo somos cómplices de un crimen, sino que estamos asegurando que ni nosotros ni nuestros hijos jamás conocerán la paz. Y le pregunto: ¿Tiene eso sentido?
(…) El presidente del Círculo de Padres es Yitzhak Frankenthal, cuyo hijo Arik, soldado conscripto, fue secuestrado y asesinado por Hamás. Su generosidad de espíritu quedó reflejada en un discurso pronunciado en una manifestación por la paz en Jerusalén. Que todos esos prepotentes que hablan de los despiadados asesinos palestinos se miren con detenimiento en el espejo. Que se pregunten qué hubieran hecho si hubieran sido ellos quienes vivieran sometidos a la ocupación. Por mi parte, puedo decir que yo, Yitzhak Frankenthal, me hubiera convertido sin duda en un luchador por la libertad y hubiera matado a cuantos hubiera podido de los que están en el otro lado. Es esta hipocresía depravada la que empuja a los palestinos a luchar contra nosotros sin descanso, nuestro doble rasero que nos permite alardear de la más noble ética militar mientras esos mismos militares asesinan a niños inocentes…Por mucho que me gustaría decir que los palestinos son los responsables de la muerte de mi hijo, no puedo hacerlo. Ãsa sería la salida más fácil pero somos nosotros quienes no estamos dispuestos a firmar la paz con ellos. Somos nosotros quienes insistimos en mantenerlos bajo nuestro control. Somos nosotros quienes alimentamos el círculo de la violencia…siento tener que decirlo .
Qué se puede comentar de algo así…???.. la barbarie me sigue desconcertando… aunque ahora entienda que es parte nuestra… quisiera creer que podemos vivir sin ella
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Brujita
Qué se puede comentar de algo así…???.. la barbarie me sigue desconcertando… aunque ahora entienda que es parte nuestra… quisiera creer que podemos vivir sin ella
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