El relator de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios ocupados, John Dugard, criticó ayer a EE UU, la UE, Rusia y las propias Naciones Unidas por ignorar el sinfín de violaciones que comete Israel, entre ellas, el uso de bombas sónicas, que causan graves daños a los niños y castigan a la población civil. «La conducta de Israel es moralmente indefendible, viola las normas más elementales del derecho humanitario», dijo.

Diario «El pais»

Los planes para los palestinos seguían las directrices marcadas por Moshe Dayan, uno de los líderes laboristas (de Israel) que más compasivos se mostraba con la situación palestina. Dayan aconsejó al gabinete de gobierno que Israel debería dejar muy claro a los refugiados lo siguiente: «nosotros no tenemos ninguna solución; seguiréis viviendo como perros… El que quiera puede marcharse, y ya veremos adónde conduce este proceso». Retado, Dayan respondió citando a Ben Gurion, que «dijo que quien enfoque el problema sionista desde postulados morales no es sionista». Podría haber citado también a Chaim Weizmann, que consideraba que el destino de los «varios cientos de miles de negratas» que habitaban en el hogar nacional judío era «un problema sin importancia».

No sorprende, entonces, que el principio que ha guiado la ocupación haya sido el de la humillación incesante y degradante, junto con la práctica de la tortura, el terrorismo, la destrucción de la propiedad, la expulsión y los asentamientos, y la apropiación de recursos esenciales, principalmente el agua.

(citado por Noam Chomsky en La Insignia )

¿Quién ha arruinado permanentemente las opciones de una salida política? Citemos nuevamente a Chomsky:

Edward Walker, responsable para la región designado por el Departamento de Estado durante la era Clinton, nos explica sucintamente cómo debe actuar Arafat para ganarse de nuevo nuestra confianza. El taimado Arafat debe anunciar sin ningún tipo de ambigüedad que pondrá «su futuro y su destino en manos de EEUU», país que ha liderado la campaña para socavar los derechos palestinos durante más de 30 años. Otros comentaristas más serios reconocen que la «histórica oferta» no ha venido sino a retomar el Plan Fahd saudí de 1981, plan que, según se decía insistentemente entonces, fue socavado por la negativa árabe a aceptar a Israel. Pero los hechos son, una vez más, bastante diferentes. El plan de 1981 se vino abajo por la reacción israelí, que llegó a ser incluso condenada en los principales medios de comunicación del país y calificada de «histérica». Simón Peres avisó que el plan Fahd «amenazaba la propia existencia de Israel». El Presidente Haim Herzog señalaba acusadoramente a la OLP como la «autora real» del plan Fahd, denunciando la iniciativa como más extremista aún que la resolución de enero de 1976 del Consejo de Seguridad que había sido «preparada» por la OLP cuando el propio Herzog era Embajador de Israel ante la ONU. Ninguna de estas alegaciones puede ser cierta (a pesar de que la OLP anunció públicamente su apoyo a ambas iniciativas), pero son indicativas del desesperado temor que albergan las palomas israelíes ante un acuerdo político, eso sí, con el decisivo e incesante apoyo de EEUU.

El principal problema nos lleva nuevamente a Washington, que de manera persistente ha apoyado el rechazo israelí a cualquier acuerdo político sobre las bases de un amplio consenso internacional, que una vez más quedó puesto de manifiesto en la «histórica oferta de la Liga Árabe»

Y seguimos con otra cita del mismo autor:

Noam Chomsky afirmó que Israel ha cometido crímenes de guerra con el consentimiento y la aprobación de Estados Unidos. «De hecho, esto es sólo la continuación de 35 años de crímenes de guerra », declaró.

Una relación de hechos bastante interesante e instructiva se encuentra aquí. Como para comenzar a captar el problema.

«No hay dos conflictos parecidos, en causa o forma, pero es legítimo comparar estándares de comportamientos. Considere, por un momento, qué podría haber sucedido si, en reacción a la captura de un soldado por parte del IRA, el gobierno británico hubiese: invadido Irlanda del Norte; castigado a su población destruyendo sus suministros eléctricos, vias de transporte y oficinas de gobierno; bombardeado Belfast y Derry por tierra, mar y aire; destruido Falls Road; usado a la real fuerza aérea para atacar a las oficinas de los Taoiseach en Dublin; y arrestado a todo republicano que pudieran atrapar.»

Editorial de Financial Times del 1 de julio

Otro artículo completísimo que merece ser leído en su integridad y no meramente ser citado, se encuentra acá (sí, es de rebelión. Aunque no te guste Frank)

He pasado en el ejercicio de mi profesión por varias cárceles, me han declarado persona non grata en el Chile de Pinochet, en la Sudáfrica de los racistas blancos (con la protesta del director de este periódico), en la Argelia de los generales, he sido interrogado en la Dirección General de Seguridad de Rabat durante la Marcha Verde. Me negaron la entrada en algunos países y me expulsaron a punta de pistola de otros, como en Irak al comienzo de la guerra con Irán. He conocido algún acoso después del 11 S, pero nunca me he sentido tan atropellado en mis derechos como en Israel.

Manu Leguineche, periodista