Según Olmert, «un 15% de la población de Israel está sentado en los refugios desde hace 14 días y sufre una ofensiva brutal por parte de la organización Hizbulá».
Israel dijo que lamenta profundamente el bombardeo (al edificio de la ONU), y mantiene que el ataque fue un accidente.
En declaraciones a la emisora de radio del Ejército israelí, Ramón (ministro de justicia de Israel) afirmó: Recibimos ayer en la conferencia de Roma la autorización de facto del mundo…para continuar la operación, es decir esta guerra, hasta erradicar la presencia de Hizbulá del Líbano y su desarme.
El ministro añadió que la comunidad internacional dio a Israel ese beneplácito, en el caso de algunos apretando los dientes, en el de otros con una bendición.
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