Rumsfeld sale tras la debacle republicana y entra Robert Gates, ex director de la CIA en el período 1991-1993. Lo interesante de este caballero es que fue nominado en 1987 y fue rechazado por el senado por estar involucrado en el famoso escándalo Irán-Contras, donde Oliver North fue el chivo expiatorio.

Para los que no sepan, Irán-contras (o Irangate) fue una movida en que se trianguló drogas, armas y dinero para financiar a la guerrilla opositora a los sandinistas en Nicaragua: vendían armas a Irán (actualmente enemigo numero 2, después de Corea del Norte) y con la plata financiaban a los contra y a la realización de acciones terroristas contra Nicaragua (para que vean que no es nada nuevo). Y como si fuera poco, también se usó cocaina de los carteles colombianos para el financiamiento de operaciones «negras». Para ello transportaron la droga en aviones militares norteamericanos desde El Salvador a Estados Unidos. Un punto curioso es que el dinero que se transfería pertenecía a la familia Bin Laden.

Bueno, Gates tiene otros trapitos sucios, como aquel en que culpaba a la KGB del intento de asesinato de Juan Pablo II, aún cuando la misma CIA sabía que el cargo era inventado. Sus críticos tambien argumentan que «cocinó» evidencia para mostrar que la URSS era más fuerte de lo que realmente era y que torció los datos sistemáticamente para promover una visión específica del mundo (lugar peligroso, nosotros paladines, etc). Todo esto llevó a que la desintegración de la URSS los tomara totalmente por sorpresa, mostrando la calidad de sus servicios de inteligencia.

Ah, se me olvidaba mencionar que lo de Iran-Contras nunca le afectó seriamente, pues el congreso no encontró evidencias más allá de la duda razonable para inculparlo, aún cuando se encontraba en una posición jerárquica que implica que debería haber sabido de todo el tema.

Es curioso que en una editorial del New York Times, de 1991, cuando Gates era nominado para director de la CIA por BUsh padre, se dijera lo siguiente: «Los senadores harían bien en considerar por lo menos tres criterios: ver si su conducta pasada demuestra que puede ganarse su confianza (…) si se ha ganado la confianza de los empleados de la agencia (…) y sobre todo, si él, como alguien de adentro, es la persona correcta para liderar la agencia en tiempos inciertos. En cada uno de los puntos el sr. Gates se queda corto». O sea, no era suficientemente bueno para ser director de la CIA, pues ya había demostrado su desprecio por el congreso durante el escandalo iran-contras, pero ahora sí es suficientemente bueno para ser el nuevo secretario de defensa. Bueno, mirando a Rumsfeld, supongo que es un buen sucesor. Después de todo, es una cosa familiar: en 1992 el ex-presidente George Bush padre, vicepresidente entonces, indultó a los seis altos cargos que habían sido encarcelados por haber mentido al Congreso sobre la existencia de la venta de armas a Irán.

Como bien dijo James Petras, lo mas probable es que nada cambie.