La primera vuelta ha pasado y debo decir que los resultados me sorprendieron. No porque Piñera saliera primero, sino por la baja votación de Arrate y Meo. En el diario publimetro del lunes leí que la CEP, la «madre de todas las encuestas», se había equivocado con escándalo, pues no estuvo cerca con ningun porcentaje.
Lo cierto es que si vemos la historia, la CEP es la que tiene el mayor porcentaje de aciertos, por lo que su equivocación actual quizás no sea tal. ¿Por qué? Pues simple: al parecer muchos votos de Arrate se fueron a Frei, mientras que otros tantos de MEO se fueron a Piñera. ¿Qué pasó? Pues simple, comenzó a primar el motivo de este post: el miedo.
Conversando con gente de mi alrededor, se dieron varios casos que votarían por Arrate, pero que en la cabina de votación se arrepintieron por miedo a que MEO pasara a segunda vuelta. Ergo, cambiaron allí mismo. Y la izquierdización del discuros de MEO probablemente causó el mismo efecto en los derechistas que lo apoyaban.
Ahora nos encontramos ante un escenario en el cual lo mas probable es que la presidencia se defina precisamente por un 50% +1. Y así seguimos atrapados en la lógica binaria, blanco/negro, 1/0, etc, etc, etc. Y saltamos con el discurso de evitar que la derecha llegue al poder, por miedo al descalabro que puede provocar. Aunque debo admitir que este miedo tiene fundamento, pues la derecha concentraría el poder económico y el político, lo que claramente es nefasto.
La pregunta que me hago entonces es ¿se superará el miedo? ¿Estamos dispuestos a arriesgarnos? Si gana Piñera, lo mas probable es que el colchón que suavizaba las contradicciones del sistema e impedía el estallido social (léase Concertación, con todas sus grandezas y pifias) ya no estará. O sea, que nuestra sociedad adormilada y conformista porque «es lo que hay», o «no hay que hacer olitas», podría abrir los ojos y comenzar a alegar, a movilizarse, pero esta vez en serio. Probablemente asistamos a una creciente polarización, en la que la UDI pasaría a ser el único eje para tratar de contener la movilización social (no por nada es el partido mas votado), pero claramente se verá sobrepasada. Es decir, si gana Piñera, incluso quizás sea bueno para la rearticulación del movimiento social en el país, sacarse la modorra y exigir cambios verdaderos. Aquellos que la concertación no fue capaz de realizar por estar demasiado comprometida con el modelo y que la ciudadanía progresista no quizo propender demasiado por un tema de compromiso (algo así como «con la derecha sería peor»).
Así me encuentro en la duda. Hasta las penúltimas elecciones siempre ha primado en mi la conciencia de que la derecha no puede ser gobierno, por miedo a lo que puede suceder. Pero en estas elecciones ya me aburrí de ese miedo. Ya no quiero la lógica de dos conglomerados que son dos caras de una misma moneda, donde la diferencia es sólo maquillaje y se continúa perpetuando un modelo de sociedad que no me gusta. Entonces ¿Anulo? ¿voto por Frei? Antes de la primera vuelta ya tenía decidido mi voto de la segunda. Ahora dudo. ¿Qué es mejor? A veces las crisis son necesarias para crecer. Quizás esta vez sea así.
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