En el tercer auto que construí para gaslands decidí experimentar. Basado en el Gigahorse de «Mad Max: Fury Road», ataqué los autitos de plástico que mi hijo decidó botar (con un pequeño empujón de mi parte).
Así, premunido de tijeras, bisturí, alambre, clips, silicona líquida, palitos chinos, trozos de cartón y bombillas de jugos, puse manos a la obra.
¿Quieres saber más? Pues entra y te cuento.
Lo primero fue destripar a las víctimas. Para la base escogí a este auto de «Cars», que tenía el tamaño adecuado. Le saqué las ruedas y comencé a sacarle los autoadhesivos.
Luego escogí al segundo auto para realizar esta unión contra natura. ¿El criterio? Que fuera un poco mas angosto que el de la base, y que fuera fácil de cortar.
Listo. Víctimas escogidas. Ya era hora de meterles cuchilla. Señor espía, entrégeme sus ojos…
Y llegó la parte radical. Aplicando motosierra, volamos la parte delantera del segundo auto.
Y para que no piensen que tengo favoritismos, a volar una parte del techo y la maleta del señor espía.
Con las piezas canibalizadas ya podía realizar esta unión maldita: pegué el segundo auto sobre el primero. Noten los pedazos de tarjeta de plástico adheridos en la parte inferior del auto de arriba. Eso fue para minimizar los espacios vacíos y que no se viera el interior.
Pero nuestro auto base estaba demasido completo… le faltaba algo… torturarlo mas…
¿Y si le volamos el capó? ¡No se diga más!
Era hora de trabajar en la base. La corté en el mismo punto donde corté el motor, y la estiré un poco. Para darle firmeza, le pegué los palitos chinos y un trozo de tarjeta de plástico.
Puse las piezas juntas para probar cómo estaba quedando, y afortunadamente no era un completo desastre.
¿Y por qué tanto destrozo? ¿Ah? Pues, para que estéticamente no quedara mal las rueditas que le pensaba colocar.
Ya era de noche cuando logré armar el condenado sistema de suspensión. Me compliqué un montón porque no tenía alicates, lo que hacía especialmente dificultoso hacer el trabajo pequeño y preciso enlas puntas de los alambres. Debo haberle dedicado fácilmente una hora sólo a eso.
Agregué algunos detalles (los tambores de gasolina y las armas, y monté de nuevo todo para ver cómo estaba quedando. Bastante decente ¿eh?
Todo mejora con una capa de pintura negra.
Como se darán cuenta, quedaba un espacio vacío muy feo, que es donde quería meter el motor. El problema es que no encontré nada que sirviera, pues el espacio era demasiado grande. Pero a grandes problemas, grandes soluciones: decidí fabricarlos yo.
Los ingredientes: cartón pluma (tiene espuma entre medio de las capas superior e inferior), tornillos pequeños con cabeza plana, bombillas de jugo y alambre.
Como aún así un solo motor era poco, y además de querer mostrar que el vehículo era poderoso, construí su gemelo y los pegué en una base común.
Después le dí su manito de pintura negra y luego apliqué pintura metálica ploma. También pegué las mallas en las ventanas y le puse los asientos y piezas interiores.
Listo. ahora sólo faltaba la pintura. Me gustó tanto cómo quedó que incluso pensé en dejarlo así. Pero lo negro hacía perder los detalles, asi que continué con mi plan.
Finalmente apliqué las manos de pintura y agregué detalles, como los cables y los tubos de escape.
Quedé muy contento con La Bestia, y pulí la técnica. Les seguiré contando de los demás aparatejos que iré armando.
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