Socialismo con empresas privadas, mercado regulado por el Estado, y discursos de equidad junto a fortunas millonarias. En este post, exploro un sistema económico que desafía las definiciones tradicionales y analizo cómo fuentes expertas intentan explicarlo.

El «socialismo de mercado»: ¿Qué significa realmente?

China lleva décadas rompiendo esquemas. Oficialmente, su modelo se define como «socialismo de mercado», una fórmula que, según BBVA Research, mezcla propiedad estatal en sectores clave (bancos, energía) con una apertura parcial al capital privado. Por ejemplo, empresas como Huawei operan globalmente, pero el Estado mantiene el 50% de las acciones en compañías cotizadas en bolsa (Rhodium Group). Me llama la atención cómo el Partido Comunista maneja este equilibrio: fija metas económicas quinquenales (planes a 5 años plazo), pero permite que gigantes tecnológicos compitan en innovación.

Los tres ejes que están redefiniendo la economía china

Según estudios recientes, el país ha priorizado:

  • Prosperidad común: No es una vuelta al maoísmo. The South China Morning Post explica que se trata de reformas fiscales para reducir desigualdades, como impuestos a grandes fortunas, sin eliminar la iniciativa privada.
  • Autosuficiencia tecnológica: Tras las sanciones de EE.UU., China invierte más que ningún otro país en desarrollo de semiconductores. Statista indica que ya lidera el 40% de las patentes globales en IA.
  • Transición verde: Instalan el 45% de la capacidad solar mundial (Global Energy Monitor), pero aún dependen del carbón para el 60% de su energía. Un contraste que me hace preguntarme: ¿es una apuesta genuina o un lavado de imagen?

Capitalismo con permiso estatal: ¿Un oxímoron viable?

El término no es oficial, pero encaja. Empresas como Alibaba o TikTok son ejes del mercado global, pero su éxito tiene límites. En 2021, el gobierno frenó la salida a bolsa de Ant Group y multó a gigantes tecnológicos por «prácticas monopolísticas» (CNN). Para The Economist, es un sistema donde «el Estado dibuja el tablero, y las empresas juegan dentro». ¿Podemos llamar a esto capitalismo? La respuesta, según expertos, depende de cómo definamos «libertad económica» en un contexto de vigilancia estatal.

Contradicciones que complican el relato

Los datos muestran claroscuros:

  • Desigualdad: El 10% más rico posee el 41% de la riqueza nacional (Credit Suisse), pese a los programas contra la pobreza.
  • Medioambiente: Son líderes en venta de autos eléctricos, pero también en emisiones de CO₂ (Global Carbon Project).
  • Apertura controlada: Atraen inversiones extranjeras, pero restringen el acceso a datos y censuran críticas, según Freedom House.

FUENTES: