Javier Milei, el presidente electo de Argentina, promete «destruir el Estado desde adentro». Pero, ¿qué significa esto para la democracia? En este artículo, te invito a explorar conmigo cómo su proyecto político y sus rasgos de personalidad, analizados a la luz del DSM-5, encajan en las advertencias de «Cómo mueren las democracias» y «Ponerología Política». Juntos, conectaremos los puntos entre el colapso de las democracias, los estados débiles y las patologías del poder. ¿Estamos ante un nuevo capítulo de la erosión democrática en América Latina?

Milei ha basado su discurso en una crítica radical al Estado, prometiendo desmantelar ministerios, privatizar empresas públicas y reducir drásticamente el gasto social. Sus declaraciones de que «viene a destruir el Estado desde adentro» han sido recibidas con entusiasmo por sus seguidores, pero también han generado preocupación entre quienes ven en su proyecto un riesgo para la democracia.

  • Riesgos para la democracia:
    • Debilitamiento de las instituciones: La eliminación de ministerios y agencias públicas podría dejar vacíos de poder que dificulten la implementación de políticas sociales y económicas.
    • Concentración de poder: Al reducir el tamaño del Estado, Milei podría centralizar aún más el poder en su figura, debilitando los mecanismos de control y equilibrio que son esenciales para la democracia.
    • Polarización y confrontación: Su estilo confrontacional y su retórica antiestablishment podrían profundizar la polarización en Argentina, dificultando el diálogo y la búsqueda de consensos.

Un análisis desde la psicología: ¿Qué dice el DSM-5?

Aunque no es posible diagnosticar a Milei sin una evaluación clínica formal, sus comportamientos y declaraciones públicas muestran rasgos que podrían correlacionarse con trastornos de personalidad descritos en el DSM-5, como el trastorno de personalidad narcisista y el trastorno de personalidad antisocial.

Rasgos del DSM-5Comportamientos de MileiCorrelación
Grandiosidad: Sentimiento exagerado de autoimportancia.Se autodenomina un «mesías» y compara su llegada al poder con un «cambio de era».Alta.
Falta de empatía: Incapacidad para reconocer las necesidades de los demás.Sus propuestas de recortes masivos al gasto social ignoran las necesidades de los más vulnerables.Moderada.
Desprecio por las normas sociales: Incumplimiento de leyes y normas.Su promesa de «destruir el Estado desde adentro» sugiere un desprecio por las estructuras institucionales.Alta.
Irritabilidad y agresividad: Arrebatos de ira y comportamiento violento.Respuestas agresivas hacia críticos y periodistas, incluyendo insultos y amenazas.Alta.

¿Qué significa esto para la democracia?

Como nos enseñan Steven Levitsky y Daniel Ziblatt en «Cómo mueren las democracias», los líderes que llegan al poder con promesas de «destruir el sistema» suelen erosionar las normas e instituciones democráticas desde dentro. Milei encaja en este perfil: su retórica antiestablishment y su desprecio por las estructuras estatales podrían llevar a un debilitamiento de las instituciones que sostienen la democracia.

Por su parte, Andrew Lobaczewski, en «Ponerología Política», nos advierte sobre cómo individuos con tendencias autoritarias o psicopáticas pueden infiltrarse en las élites políticas y corromper el sistema. Aunque no es posible diagnosticar a Milei desde fuera, su estilo confrontacional y su desdén por las normas establecidas encajan en el perfil de líderes que priorizan su agenda personal sobre el bien común.

Un llamado a la vigilancia

El caso de Javier Milei es un recordatorio de que la democracia no está garantizada y que requiere vigilancia constante. Y la lección mas grande, es que los ciudadanos no nos podemos hacer los lesos, pues gente como Milei ascienden al poder por culpa nuestra. Por eso tenemos la responsabilidad de estar atentos, exigir transparencia y participar activamente en la defensa de nuestras instituciones.

¿Estamos dispuestos a asumirla?

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