Esta entrada es la número 4 de 5 en la serie Fascismos pasado y presente

La famosa palabreja se menciona una y otra vez, no solo en este blog, sino que en la boca de quienes están asustados y/o preocupados con el giro que han tomado los acontecimientos mundiales. Pero, ¿qué es realmente el fascismo? ¿Es solo un régimen autoritario o hay algo más detrás? Para responder a estas preguntas, me sumergí en las ideas de Umberto Eco, uno de los pensadores más lúcidos del siglo XX, y quiero compartir contigo lo que descubrí.

Umberto Eco y los 14 rasgos del fascismo

Umberto Eco, en su ensayo «El fascismo eterno», no intenta dar una definición rígida del fascismo, sino que describe una serie de características que lo conforman. Eco, quien vivió de cerca el régimen de Mussolini en Italia, sabía que el fascismo no es un fenómeno estático, sino una especie de «rompecabezas» que se adapta a cada contexto. Según él, el fascismo no es solo un sistema político, sino una mentalidad, una forma de ver el mundo.

Eco identifica 14 rasgos que suelen estar presentes en los regímenes fascistas. Algunos de los más destacados son:

  1. El culto a la tradición: El fascismo se aferra a un pasado idealizado, como si hubiera una «edad de oro» a la que debemos regresar.
  2. El rechazo al pensamiento crítico: La intelectualidad es vista como sospechosa. En su lugar, se promueve la acción por sobre la reflexión.
  3. El miedo a la diferencia: Cualquier grupo que sea percibido como «otro» (inmigrantes, minorías étnicas, religiosas o sexuales) es visto como una amenaza.
  4. El nacionalismo exacerbado: La patria se convierte en un valor absoluto, y cualquier crítica al país es considerada traición.
  5. El uso de la mentira como arma: Los discursos fascistas suelen basarse en consignas simples y repetitivas, incluso si son falsas. La verdad se vuelve relativa.

Estos rasgos no siempre aparecen todos juntos, pero cuando varios de ellos se combinan, podemos estar frente a un discurso o régimen fascista.

El fascismo hoy: ¿un fantasma del pasado?

Aunque el fascismo clásico (como el de Mussolini o Hitler) parece cosa del pasado, Eco advierte que el «fascismo eterno» puede resurgir bajo nuevas formas. Hoy vemos discursos que exaltan la pureza nacional, que demonizan a los migrantes o que buscan silenciar a quienes piensan distinto. No es necesario que haya un dictador con bigote para que el fascismo se manifieste; a veces, se esconde detrás de discursos aparentemente democráticos.

Mi definición de fascismo

Después de leer a Eco y reflexionar sobre sus ideas, me atrevo a dar mi propia definición:

El fascismo es una mentalidad política que busca imponer un orden basado en la exclusión, el miedo y la obediencia ciega. Se alimenta de la nostalgia por un pasado idealizado, rechaza la diversidad y utiliza la mentira como herramienta para mantener el poder. No es solo un régimen, sino una forma de pensar que puede infiltrarse en cualquier sociedad cuando se pierde el respeto por la democracia y los derechos humanos.

El fascismo no es un monstruo de una sola cabeza, sino un hidra que puede reaparecer en diferentes contextos. Por eso, es importante estar alerta, cuestionar los discursos simplistas y defender la diversidad y el pensamiento crítico. Como decía Eco, el fascismo puede ser eterno, pero también lo es nuestra capacidad para resistirlo.


Fuentes:

  1. Umberto Eco, «El fascismo eterno»https://www.umbertoeco.com
  2. Historia del fascismo en Europa: https://www.history.com
  3. Análisis contemporáneo del fascismo: https://www.theguardian.com
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